Si nuestro marido o mujer no acepta nuestra propuesta de divorcio, si queremos divorciarnos tendremos que iniciar una demanda de divorcio contencioso.
Es una pena pues innecesariamente su multiplican las desventajas en relación a un proceso amistoso. Supone una dedicación de mayor tiempo, dinero y gestiones y preocupaciones. Si ya es bastante desagradable tener que divorciarse y afrontar el proceso, mucho más lo será si nuestra pareja no nos lo pone fácil.
La otra persona tiene derecho o no querer ni aceptar la petición de divorcio, pero aunque sea legal, en parte no es justo. Si uno de los esposos tiene la necesidad de divorciarse, lo lógico es que la otra parte, aunque sentimentalmente incluso pudiera preferir seguir juntos, no debería de obstaculizar el proceso, pues en la práctica supone retener a su marido o mujer en un matrimonio que ya no quiere.
Las principales razones por las que la otra parte suele rechazar el divorcio son:
- Reproches sentimentales.
- Intención de dificultar el divorcio.
- Pretender sacar un provecho por el mantenimiento del matrimonio.
Dependiendo del problema o dificultad que esté impidiendo la tramitación del divorcio se pueden ofrecer, a nuestro entender, las siguientes opciones:
- Ofrecer costear los gastos del divorcio.
- Dar un tiempo si ese fuera el motivo.
Si a pesar de ello no hay manera y su mujer o marido sigue erre que erre sin aceptar la propuesta de divorcio, deberemos de pensar si nos merece la pena esperar o queremos iniciar el proceso contencioso.
Iniciar una demanda de divorcio contencioso requiere que tengas en cuentas las oportunas previsiones:
- El plazo puede superar el año de tramitación.
- Deberás de costear tu propio abogado y procurador.
- Para el caso de que el Juzgado no consiga notificar a la otra persona, el otro cónyuge, puede requerir para el pago de tasa judicial de publicación en boletín oficial.
¿Cómo divorciarse si la otra persona no quiere?
Con la paciencia de esperar a que acceda a la tramitación de mutuo acuerdo más adelante, o por proceso contencioso esperando que a lo largo del mismo se pueda llegar al acuerdo, o en su defecto asumiendo que los costes, plazos y trámites serán mayores a los que pudieran haber existido de mutuo acuerdo sin necesidad.
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