Si estás pensando en cómo divorciarse y quedarse con todo debe de ser consciente de que tiene malas intenciones y pretender quedarse con más de lo que tiene derecho.
Antes de salir de esta publicación, piense si quiere cambiar su enfoque ante el divorcio, pues un divorcio no es un momento en el que beneficiarse en perjuicio del otro cónyuge.
Si lo que está pensando es quedarse con todo debe de ser consciente de la mala fe que supone pues correlativamente pretender dejar al otro cónyuge sin nada.
Absolutamente nada justifica que una persona quiera arrebatarle a otra con la que ha compartido un proyecto de vida aquello que le pertenece.
De no existir hijos comunes, querer quedarse con todo tendrá una connotación inmoral, pero no tendrá tanta gravedad como cuando existen hijos comunes.
Pretender quedarse con todo en un divorcio y que el otro cónyuge correlativamente se quede sin nada de lo que le correspondiera incluso acabará perjudicando a sus hijos. Además creará un lógico malestar en la relación.
Es lícito y lógico que si usted pretende divorciarse y quedarse con todo, el otro cónyuge haga valer sus derechos. En ese contexto, se puede llegar a un enfrentamiento absolutamente innecesario con tensión que habría que tratar de evitar.
Quererse quedarse con algo que no nos corresponde, desde pequeños nos han enseñado los padres en la gran mayoría de las familias que no está bien. ¿Qué justifica que en un divorcio pretendamos apropiarnos de lo que le corresponde a nuestro cónyuge? ¿Ese es el ejemplo que queremos dar a nuestros hijos?
Con un abogado conciliador será posible delimitar los derechos y obligaciones de los esposos y buscar una opción justa intermedia que haga compatible que ambos esposos puedan continuar con sus respectivas vidas sin lastres innecesarios, improcedentes ni injustos.
No debemos de tratar mal a nadie en general, pero menos a la persona con la que en su día quisimos casarnos para compartir un proyecto de vida común, pues taremos actuando como lo que se suele llamar coloquialmente, «una mala persona». Debemos de mantener la nobleza que permita que cualquier discrepancia se pueda resolver, pues siempre es posible.
El mejor truco para un buen divorcio, ser generosos y no pretender quedarnos con aquello que no nos pertenezca.