Según expertos, un alto porcentaje de divorcios o separaciones se producen a partir de los 40 años.
En esta edad, es usual sufrir las denominadas “crisis existenciales” donde hacemos balance de nuestra vida y los objetivos que hemos conseguido y cuales con quedan por conseguir.
Tenemos esa sensación de saber si realmente estamos siendo felices y haciendo lo que queremos o si permanecemos en “modo supervivencia”. La sensación de vivir estancados, buscarle un sentido a la vida, pensar si nos conformamos con la vida que tenemos o necesitamos algo más…
¿El que deja se arrepiente? No siempre es así.
En los casos en los que además de el hecho de separarnos, mantenemos hijos en común, la situación se vuelve más difícil. Son muchas las parejas que deciden retrasar la decisión de separarse precisamente por ellos, sin pensar, que lo más saludable para unos hijos es que crezcan en un buen ambiente familiar y no es una casa llena de gritos y disputas.
Un divorcio o una separación es uno de los momentos más dolorosos de nuestra vida, pues el proyecto de vida en común, las ilusiones y nuestros sueños desaparecen, haciéndonos sentir como en un precipicio. Temor ante lo desconocido, ante la incertidumbre que supone el cambio, etc…
Separarse a los 40, lo que nadie te cuenta es aquello que en cada separación es diferente y es fruto de la experiencia que aúnan las peculiaridades de cada relación de pareja que tiene sus peculiaridades y en la ruptura también tiene sus propias especificidades.
Separarse a los 40
Si ya se ha tomado la decisión, que en parte es lo más complicado, lo demás en cierto modo son cuestiones de logística. Buscar un nuevo hogar donde poder vivir, echar las cuentas sobre los gastos que tendremos, organizar como vamos a establecer el convenio regulador en caso de que tengamos hijos comunes (régimen de visitas, custodia, pensión de alimentos, etc.)
Llegados a este momento, el estrés, el no saber como manejar la situación, puede que llegue a agobiarnos. No obstante, piensa que ahora es el momento en el que debes de pensar en como reconducir tu vida y que es un momento transitorio para poder vivir después en calma y tranquilidad.
Debemos de pensar con la cabeza fría y no dejarnos influir por sentimientos puntuales en momentos cruciales, valorar que es lo que ganamos y lo que perdemos con la situación. Si todo lo que ponemos en la balanza se inclina hacia el lado de dejar la relación, sin duda, lo mejor es tomar la decisión aunque sea dolorosa.
Para evitar errores conviene conocer los mejores trucos antes de separarse para no meter la pata.
Separarse a los 40
Separarse a los 40 con hijos
Tomar la decisión de separarte con hijos, puede ser más complicado, sobre todo si son menores de edad. Son muchos los matrimonios que posponen el divorcio o la separación pensando que es lo mas beneficioso para los hijos, sin tener en cuenta, que vivir en un ambiente de discusiones no es para nada lo más beneficioso para ellos. Si los hijos son menores de edad, pensar en como vamos a gestionar todo lo relativo a ellos, puede parecernos un mundo, por eso es importante poder contar con un abogado experto en familia que nos pueda ayudar y asesorar.
En un divorcio con hijos, como padres, es importante tranquilizar a nuestros niños frente a los cambios que están por venir, y hacerles entender que seguimos siendo una familia. Que los padres no vayan a convivir juntos, no significa que vayan a tener menos atención o menos cariño del que ya tenían. Debemos de trasmitirles que sus padres están bien, que se respetan mutuamente y que ambos tienen una buena imagen del otro como padre o madre.
Lo que no debemos hacer, aunque entendemos que es lógica común, es utilizarlos como mensajeros, comunicando cuestiones de las que no debemos de hacerlos participes. Tampoco se debería de hablar mal del otro progenitor delante de ellos, pues conviene mantenerlos al margen de la situación. Algunos padres buscan el apoyo emocional en sus hijos tras la separación, para su propia tranquilidad y no se dan cuenta de que lo que realmente están haciendo es trasladarles su propio dolor. En caso de que sientas que todo se te viene encima, lo ideal es pedir ayuda profesional y apoyarnos en la familia y amigos.
Legalmente, en un matrimonio con hijos no comunes, sino de uno de los cónyuges, las medidas no afectarán a dicho hijo pues, en su caso, deberá de ser objeto de regulación entre sus dos progenitores.