La infidelidad no tiene ningún tipo repercusión en el divorcio en el plano legal y debe de quedar al margen de la relación de los padres con los hijos.
En España no existe el delito de abandono de hogar y la fidelidad no tiene ningún tipo de repercusión jurídica. No es un delito ni supone ningún tipo de ventaja en el plano jurídico. Moralmente y en el aspecto sentimental, toda infidelidad será una deslealtad, algo feo y éticamente deshonesto, pero se debe de mantener al margen de las relaciones de padres y madres con hijos.
Los hijos no deben de tener un exceso de información en cuestiones estrictamente sentimentales y que deben de mantenerse alejadas de los menores, pues pueden mezclar sentimientos y crear un condicionamiento a los niños.
Una persona puede ser infiel, pero ello no impide que a pesar de dicha infidelidad pueda ser un buen padre o madre. Desprestigiar la figura paterna o materna haciendo partícipes a los hijos de las intimidades sentimentales de los progenitores es un grave error.
Una infidelidad es grave, a pesar de que socialmente cada vez esté más normalizado y cuenta con menor reproche social. A pesar de ello, ofrecer detalles a los niños de la infidelidad de su padre o su madre es totalmente innecesario y supone una influencia que pude hacer que los hijos se acaben posicionando y que la relación paterna o materna se deteriore. Puede ser muy grave la infidelidad, pero también hacer partícipes a los niños o pretender utilizarlo para sacar partido en el divorcio.
Usted tiene derecho a divorciarse con independencia del motivo, ya concurra infidelidad, otra razón o incluso sin tener que existir un motivo tangible, pues en el proceso judicial o notarial no deberá ni tendrá que ofrecer motivos. Pero si quiere divorciarse, sea valiente y tome la decisión sin tener que justificarse ni que los hijos sepan los detalles de la ruptura. Si tiene dudas puede ayudar a aclararlas el contenido de cuándo divorciarse test y consejos.
Pero la infidelidad de un hombre o una mujer padre o madre de hijos comunes, no permite en España ningún tipo de connotación ni pérdida de derechos. Cuando sufrimos una infidelidad, por encima del enfado y los reproches tenemos que centrarnos en tomar una decisión concreta y ser congruente con la misma para centrarnos en regular las cuestiones que atañen y sean necesarias para nuestros hijos.