Separarse cuando no existe un matrimonio, pero tenemos hijos en común, se denomina “Guarda y Custodia”.
Es un procedimiento que se debe de tramitar en los juzgados, siendo necesaria la intervención de ministerio fiscal. En plazos y tramitación es muy similar a un procedimiento de divorcio. En este caso, solo se regulará la vida de los hijos comunes menores de edad (régimen de visitas, pensión de alimentos, etc.). Tampoco tendremos un régimen económico común, pues al no estar casados no corresponde. Podemos tener bienes en común, los cuales deberán de ser valorados y adjudicados entre los miembros de la pareja, de ser bienes inmuebles, mediante una extinción de condominio ante notario.
Muchas parejas optan por no tramitar el procedimiento y continuar cada uno con su vida. Es importante tener en cuenta, que en caso de que posteriormente se necesite solicitar alguna prestación o ayuda pública, al no tener una sentencia de “Guarda y Custodia” tendrán en cuenta los ingresos de la otra parte (Exacto, aunque no convivamos juntos).
Lo ideal, incluso si mantenemos buena relación, es tramitarlo una vez que tenemos la decisión tomada. De esta forma, el hijo estará protegido con una regulación (visitas, pensión de alimentos, etc.) y ambos progenitores podrán solicitar las diferentes ayudas o prestaciones en caso de que se encuentren en una situación vulnerable, independientemente de los ingresos que en ese momento tenga su expareja.
Es importante no dejarlo para último momento, pues en caso de que necesitemos contar con alguna ayuda, hay un plazo para poder aportar la documentación, y en caso de que requieran una resolución judicial, hay que tener en cuenta los tiempos del juzgado. (Los tiempos del juzgado varían dependiendo de la saturación que tengan, igualmente, en caso de que se tramite de mutuo acuerdo puede demorar aproximadamente 3 meses y un contencioso nos llevará una media de 12 meses).
Separación con hijos sin matrimonio
Finalmente, hemos tomado la decisión y ya no hay marcha atrás. Hemos llegado al punto en el que tenemos claro que esa relación de pareja no nos hace felices, pero somos conscientes de que tenemos un hijo común o varios y tendremos que empezar a organizarnos en esta nueva situación personal y familiar.
Debemos enfocarnos en el bienestar del hijo y no dejarnos cegar por el rencor o el odio. En muchas ocasiones, son los propios hijos lo que “pagan” por la ruptura de la pareja, por culpa de padres que actúan de formas incorrectas.
Los intereses de los hijos comunes, siempre deberán de primar frente a los intereses propios. Facilitar al hijo la comunicación con ambos progenitores y mostrarle que, aunque sus padres no están juntos, puede contar con ambos. Esto ayudará mucho a que el hijo perciba la separación como algo menos traumático. Un hijo siempre va a desear que sus padres tengan una buena relación y que sean capaces de abordar temas sin gritos ni discusiones.
Separación con hijos sin estar casados la pareja
Hoy en día son muchas las parejas que optan por convivir juntos sin casarse. Con el paso de los años, la juventud no ve imprescindible el matrimonio e incluso entienden que está sobrevalorado.
Una pareja no es más feliz por firmar un contrato y tener un “Libro de Familia” guardado en un cajón, que finalmente, pasará al olvido.
En los tiempos actuales todo es para ahora, vamos con prisa a todos lados, ya nada se repara sino que se reemplaza, y todo esto es aplicado a lo material y a lo emocional. Sabemos que al inicio de una relación todo nos parece perfecto y pensamos en el “para toda la vida”. ¿Qué es para toda la vida? Nadie tiene la certeza real de que su relación vaya a durar para toda la vida o se produzca una separación. Por muy segura que creas que es tu relación, comprende, que no solo depende de ti y que quizás, con el tiempo sea la otra persona la que decida no continuar.
Si tenemos hijos en común, nos veremos “obligados” a compartir lo que mas queremos de nuestra vida. Vivimos en una sociedad en la que hasta para los adultos compartir es complicado. Si a eso le sumas, que deberemos de compartir lo que mas amamos, que son nuestros hijos, puede ser un verdadero dolor de cabeza. Es importante ponerse en el lugar del otro y tener empatía, pues si hay algo que compartimos son los sentimientos por los hijos. Dejemos a los niños ser niños, y tomemos la responsabilidad que como adultos nos competen, manteniendo al margen a los hijos, permitiendo así que puedan disfrutar de esta etapa tan bonita que es la niñez.